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Un canto a la imaginación

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EscherJorge Wagensberg es muchas cosas (me refiero a su proyección profesional, que no conozco a la persona), pero entre otras – y es la que a mí me interesa- un buen divulgador escritor de libros. Me deleitan casi todos, pero hay uno cuyo título, provocador, reta al lector, como diciendo atrévete a leerme; y es bueno el lance, el resultado no defrauda las expectativas iniciales:

«Ideas para la imaginación impura» (55 reflexiones en su propia sustancia).

Me apetece copiar aquí un fragmento de la dedicatoria del libro, la parte impersonal:

«A  la mezcla, al roce, a la colisión, a la intersección, al cruce, en fin, a la imaginación impura. […]»

Es esta línea una especie de declaración de intenciones, un canto a la libertad intelectual, en el sentido más amplio, noble y libre de «ideología dominante» (aquí quiero decir ideología en sentido bastardo, que no impuro) encuentro lo mejor del libro. Lo demás no me parece más que una bella justificación de esta idea. Esta destilada abstracción posiblemente sea el resultado de haber estado trabajando bastante tiempo los contenidos de la obra, y no solo esos; pero a mí se me antoja leerla al revés y los contenidos algunos entretenidos, otros pintorescos, otros sorprendentes y reveladores, divertidos, interesantes me gustan como justificación de la dedicatoria.

El placer de ver a través de los ojos de este viajero culto merece la pena en cualquier caso. El libro consta de siete partes en las cuales se distrubuyen los 53 pequeños capítulos y finaliza con un apéndice que es «Una lista ponderada de conceptos para la imaginación impura» curioso fin de fiesta, resumen de la misma.

Por otra parte, esta destilada abstracción posiblemente sea el resultado de haber estado trabajando bastante tiempo los contenidos de la obra, y no solo esos. Pero a mí se me antoja leerla al revés y los contenidos algunos entretenidos, otros pintorescos, otros sorprendentes y reveladores, divertidos, interesantes me gustan como justificación de la dedicatoria.

El placer de ver a través de los ojos de este viajero culto merece la pena en cualquier caso. El libro consta de siete partes en las cuales se distribuyen los 53 pequeños capítulos y finaliza con un apéndice que es «Una lista ponderada de conceptos para la imaginación impura» curioso fin de fiesta, resumen de la misma.

Un placer leer este libro, como casi lo es siempre ponerse en manos de Wagensberg.

La edición que tengo es de Tusquets, Barcelona, 2006


1 comentario

  1. Rosa M Herrera dice:

    Reblogueó esto en Baricentro Blog.

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