En muchos sentidos académicos esta científica Mary Cartwright (1900-1998) fue la primera fémina. Pero en mi opinión, estas posiciones alcanzadas, cuando eso no era un hecho común, son la muestra de su gran valía matemática, sin concesiones, sin gazmoñerías, sin trucos, compitiendo como un hombre en un mundo de hombres.

Hay que añadir a su talento matemático, cuya huella matemática se muestra en sus teoremas, por ejemplo, su gran valía como profesora según se cuenta.

Realizó tareas administrativas relevantes y organizó ambientes para la cultura matemática muy importantes. Una persona notable, que quizá merece un momento nuestra atención, sobre todo en aquellas circunstancias en las que se suele tratar sobre la aportación de las mujeres a la matemática. No es un icono, no sale en primera línea en los eventos sobre mujeres científicas para el gran público, pero es una científica de primera línea y así es reconocida en el pequeño mundo matemático.

Su contribución en teoría de funciones es muy interesante, trabajó junto con Littlewood que fue también maestro suyo en cuestiones de la dinámica, además sus trabajos fueron leídos por otros matemáticos en los cuales es muy posible que ejerciera influencia, Poincaré, Bendixon, Birkhoff…

Estudió con Littlewood la amplitud de las soluciones periódicas de la ecuación de Van der Pol, pero este fue solo el comienzo de  una carrera dedicada a estudiar problemas importantes y difíciles. De este trabajo surgieron desarrollos topológicos que abrieron nuevas vías y dieron paso a problemas diferentes. Las estructuras de estos problemas matemáticos son relevantes en los trabajos sobre el ‘efecto mariposa’. Es muy utilizado y referenciado su teorema conjunto del punto fijo.

En cuanto a discriminaciones que hieren sensibilidades, ella comentó que en su trabajo no había sentido ningún trato diferente u obstaculizador por ser mujer. Es fantástico, la naturalidad con que se desenvolvió en este ambiente, seguramente sin hacer concesiones. Brava persona, brava mujer.

Un artículo interesante sobre ella se encuentra en «Notices of AMS» by S. McMurran and J. Tattersall